Autor invitado: Abraham Vodnik
Con todo el amor y el agradecimiento de nuestros días.
“… y cuando te hayas consolado (uno siempre termina por consolarse),
te alegrarás de haberme conocido.”
-A.Saint-Exupéry.
Esta no fue la primera vez que nos acercamos, lo habíamos intentado antes, jóvenes y entusiasmados pero lo suficientemente sensatos para reconocernos aún torpes. Y siendo honesto, no esperaba encontrarla una segunda vez. Temerosos y discretos, nos fuimos acercando despacio con la intención de reconocernos y entender las necesidades de cada uno. La observo bailar y en cada gesto descubro canciones escondidas que resuenan entre los pliegues de su sonrisa.