«Quiero dibujar tu forma para encontrar mi forma en ti».
– Mahmud Darwish.
Tengo tanto que escribir que mientras ordeno mis ideas hago líneas en el papel; a veces las líneas adoptan formas y mi cabeza les otorga algún sentido. En esta ocasión terminé dibujando mujeres.

Tal vez Sofía inspira letras, Florencia líneas, Paulina sonidos; entonces si te gustan las Paulinas tendrás ganas de crear o escuchar música; si te gustan las Florencias practicarás dibujo o fotografía…



O tal vez dependa del estado emocional en el que estés con cada una, es decir, con Sofía tal vez predomine la nostalgia y la nostalgia se lleva bien con la escritura; con Florencia predomina la estabilidad y de ahí derivan las líneas…

¿Pero qué pasa si lo que quiere uno es bailar y se es bueno para componer? Tal vez muchas obras en realidad son gritos de auxilio por querer expresar algo y no tener el idioma correcto para hacerlo.

Y la sociedad y el artista son ciego y mudo respectivamente, entendiendo menos de la mitad del total de emociones que hay en medio.

Debo hablar por mí. Quiero escribir pero en vez de releer un párrafo y corregirlo hasta que alguna mujer quede casi perfecta(mente descrita), estoy gastando mi lápiz y mi goma, y la poca inspiración inicial resulta en unos cuantos dibujos de mujeres.

Pero es que cuando uno dibuja se tiene que dejar llevar un poco…

Como cuando las medusas se gastan las vueltas en su pecera.

¿Sabían que las peceras de las medusas deben ser redondas para que no se lastimen con las esquinas?

¿Tendré fotos de medusas?

Tal vez deba escribir lo que pienso mientras dibujo:
