Me gustaría volver a ser niña, y vivir las mismas cosas que viví, pero estando consciente de lo feliz que era. De que mi inocencia y visión pequeña del mundo eran lo mejor que tenía. Ahora que apenas y queda un pedacito de inocencia en mi cuerpo y alma y que he visto pobreza, injusticia, tortura y delincuencia, en serio desearía no haber visto nada.
Me encantaría seguir viendo las cosas más simples como juguetes o compañeros y tratar a todos por igual. Todos eran amigos y aun mis enemigos lo eran.
Siempre, algo que no alcanzaba por mi altura lo veía como meta y algo que no lograba descifrar como un misterio más por resolver. Ahora que ya crecí, y que no voy a crecer ni un centímetro más de altura (porque seguramente para los lados sí) sé que nunca podré alcanzar lo más alejado de la repisa y que sigue habiendo muchos misterios que nunca voy a entender ni descifrar.
Y es triste, darse cuenta que a veces se nos acaban las ideas y nuestra imaginación se queda corta. Pero el lado bueno es que, siempre un niño saca ése lado ingenuo que a veces queda oculto. Y el mundo se vuelve a hacer grande y redondo… Como una pelotota.