Aquello es amor

Me encontré perdido en un bosque frondoso

huyendo de aquello sin ser vez primera.

Ocultándome solo, como un cualquiera,

temblaban mis pies con andar silencioso.

El camino era oscuro y mi alma viajera.

Siendo muy necio me ignoraba vacío,

mas me alcanzó una flor con su rocío

que me llenó de dicha y primavera.

“¿Por qué estás solo?, ¿qué haces perdido?”

Susurró la flor con delicadeza.

Moviendo su tallo con ligereza, me dijo:

“sígueme, mas no hagas ruido.”

Entonces la flor me distrajo de aquello:

me cautivó con sus pecas y con sus ojos.

Sin darme cuenta sus pétalos rojos

me atraparon en su bosque de un destello.

Y estando a oscuras, cuando calma sentía,

la flor me abandonó de forma artera:

me encontré solo, como un cualquiera;

y me atrapó aquello de lo que huía.

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